martes, 16 de octubre de 2007

Soledad

Princesa;

¿Sabes?, hoy como otros tantos días me siento tan solo y tan impotente, me tiemblan las manos y las pantorrillas me duelen, he bebido unos tragos de tequila por que ya vez que mi mamá siempre me dice que para un susto no debo de tomar agua ni dulce solamente licor para cortar algún efecto. Lo peor seria que haya enfermado esta vez, pero no me preocupa tanto eso sino el no saber que hacer.

Hay Princesa si ya te hubiese encontrado esta noche me recostaría sobre tu hombro, lloraría y te contaría lo desdichado que me siento, lo débil que ya sabes tantas veces me he sentido, ahora cuando leas esta carta lo más seguro es que todo haya pasado, pues no creo encontrarte en estos días y de encontrarte ¿Cómo podría saber si eres tu? A menos que tú me lo dijeras, pero creo que ni tú lo sabes, lo peor seria que jamás te encontrara y que estas cartas las este leyendo alguien más que a mi muerte haya encontrado ochenta primaveras después. Eso si seria doloroso por que tantas cosas que te he contado, tantas cosas que te he escrito para que al final jamás las hayas leído.

Te estaba buscando iba pendiente si te veía aquí en la ciudad cuando el cielo quiso jugar conmigo y dejo caer sobre mi camino una tormenta, tanto que el coche se empaño en seguida y no me dejaba ver nada, talvez en ese instante pasaste en algún colectivo o huías de la lluvia en la acera y tampoco te diste cuenta que te estaba buscando, pase por mi escuela, por la universidad, por la plaza y no te pude ver, en ese instante no veía en realidad nada cuando al bajar la vista tratando de encontrar algún control que me ayudara a ver, descuidé un segundo la vista y súbitamente choqué con el auto de enfrente. Una maldición salió de mi boca y en seguida me paralice; trate por todos los medios de tranquilizar a las personas que habían sufrido mi falta de precaución pero no parecían tranquilizarse solamente rogaba a Dios que esto no fuera verdad y que ningún agente de transito estuviera cerca, como pude llegue a la estación de gasolina y empezó mi calvario. Te juro que estaba buscándote y de encontrarte, inmediatamente sabrías quien era yo, y te llevaría hasta tu casa, por fin nos encontraríamos y haríamos el amor. Bueno, eso es lo que yo pensaba o no pensaba pues tanto te he buscado que a veces pienso si no es que en mi mente algo está fallando y solo eres parte de mis alucinaciones y es que jamás te encontraré.

Ya sabes que te he escrito en cada ocasión importante y esta vez es importante para mi por que quisiera que estuvieras conmigo y que me tranquilizaras y que me dijeras que todo esta bien y que juntos saldríamos del problema. Pero el “tu y yo” no se si algún día podremos utilizarlo.

Se acaba de ir Raúl con su novia, he quedado solo en mi cuarto y creo que contarte esto me ha tranquilizado, se que es una carta que te estoy escribiendo, desde aquí hasta el futuro donde espero te encontraré y espero nos podamos reír juntos de esto.


Te quiero mucho, nunca olvides que pase mucho tiempo buscándote.(Aunque el dia de hoy aún no te he encontrado)


Manuel.